Estudio antropológico

Estudio antropológico del comportamiento de la hembra y el varón ante situaciones cotidianas.

I. La compra en el supermercado.

a) MUJERES

1) Aparcar.

2) Coger el carro.

3) Rellenarlo con cosas útiles en un tiempo récord.

4) Poner la compra en las bolsas de una forma racional o inteligente (lo que va al frigorífico en una bolsa, las verduras en otra, etc., se gana tiempo al sacarlo).

5) Pagar.

6) Volver a casa.

7) Sacar las cosas de las bolsas y guardarlas.

 

b) HOMBRES

1) Aparcar.

2) Entrar en los almacenes.

3) Salir para coger el carro.

4) Darse cuenta de que necesita una moneda de 100 pesetas.

5) Ir a por cambio al quiosco (o al bar, según afinidades).

6) Aprovechar para ojear al Marca (o beber una cervecita, a elegir...)

7) Coger el carro.

8) Recorrer todos los pasillos a lo largo y a lo ancho.

9) Comprar un par de calcetines, 2 pizzas congeladas, un pack de cerveza, pistachos, salchichas de frankfurt y un tebeo (otros elementos opcionales: una piscina inflable en invierno, dos cascos para bebés por si salen en bici, unas cuantas herramientas que puedan servir algún día, fertilizante de césped de promoción en diciembre...)

10) No molestarse en comprar leche, agua u otros productos totalmente superfluos.

11) Guardar los congelados en la misma bolsa que los calcetines y el tebeo.

12) Conseguir encontrar la caja con la cajera más lenta.

13) Volver a casa.

14) Poner las bolsas sobre la mesa.

15) Poner las cervezas en la nevera.

16) Instalarse confortablemente en un sillón, con el tebeo y los pistachos, esperando a que se enfríen las cervezas.

 

II Cómo sacar dinero del cajero.

 

a) HOMBRES

1) Conducir hasta el banco.

2) Insertar la tarjeta.

3) Introducir el código y el importe deseado.

4) Coger el dinero, la tarjeta y el tícket.

5) Irse.

 

b) MUJERES

1) Conducir hasta el banco.

2) Calar el coche.

3) Verificación del maquillaje en el retrovisor.

4) Ponerse perfume.

5) Arreglarse el pelo.

6) Ir al cajero.

7) Buscar la tarjeta en el bolso.

8) Insertar la tarjeta.

9) Recuperar la tarjeta devuelta por el cajero: (era la del teléfono)

10) Tirarla al fondo del bolso.

11) Buscar la tarjeta bancaria.

12) Insertar la tarjeta.

13) Buscar en el bolso la cajetilla de tabaco (donde está escrito el código secreto).

14) Introducir el código.

15) Estudio de las instrucciones durante dos minutos.

16) “Anulación”.

17) Reintroducción del código.

18) “Anulación”.

19) Telefonear al marido para que le dé el código correcto.

20) Introducción del importe.

21) “Error”.

22) Introducción de un importe mayor.

23) “Error”.

24) Introducción del importe máximo.

25) Cruce de dedos.

26) Coger el dinero.

27) Vuelta al coche.

28) Verificación del maquillaje en el retrovisor.

29) Búsqueda de las llaves en el bolso.

30) Arrancar el coche.

31) Verificación del maquillaje en el retrovisor.

32) Recorrer 50 metros.

33) Frenazo brutal.

34) Vuelta al cajero.

35) Salir del coche.

36) Recoger la tarjeta y el tícket.

37) Volver al coche.

38) Tirar la tarjeta en el salpicadero.

39) Tirar el tícket al suelo.

40) Verificación del maquillaje en el retrovisor.

41. Arreglarse el pelo.

42) Recorrer 5 kilómetros.

43) Quitar el freno de mano.


De bares y camareros


-Camarero, ¡una tortilla!

-¿Francesa o española?

-¡Y qué mas da! ¿Se cree que voy a hablar con ella?


-Camarero, camarero, ¿se ha dado cuenta de que lleva metido el pulgar en mi sopa?

-No se preocupe, señor, no está caliente, no me quemaré.


-Camarero, camarero, ¿tiene usted ancas de rana?

-Sí, señor.

-Bueno, pues brinque hasta la cocina y tráigame mi filete, por favor.


-Camarero, camarero, este plato del día está literalmente podrido.

-Usted no dijo de qué día lo quería, señor.


-Camarero, camarero, hay un gusano en mi plato.

-No, señor, eso es su salchicha.


-Camarero, camarero, hay una mosca muerta en mi sopa.

-¿Y qué esperaba por este precio?  ¿Una viva?


Era tan... tan... 


Era una mujer tan pequeña, tan pequeña, que, en vez de dar a luz, dio chispitas.


Era un tío tan feo, tan feo, que fue a comprar una careta y le dieron solo la goma.


Era un futbolista tan malo, tan malo, tan malo, que marcaba gol y fallaba en la repetición.


Era un tío tan bobo, tan bobo, tan bobo, que cuando rellenaba impresos y se encontraba con la frase “No escriba debajo de esta línea” ponía “de acuerdo”.


Era un tío tan delgado, tan delgado, tan delgado, que se ponía un traje de mil rayas y le sobraban 999.


Era un tío tan feo, tan feo, tan feo, que cuando entraba en un barco desconectaban las cámaras de vigilancia.






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